El Encuentro en la Plaza
Mayor entre San Juan y la Dolorosa, en presencia de Ntro. Padre Jesús Nazareno,
organizado por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno durante el
transcurso de la Procesión de lo Pasos, es, sin duda alguna, el acto más
significativo y destacado de la misma y que convoca a miles de leoneses y
visitantes en la mañana del Viernes Santo.
El origen, organización y
desarrollo del Encuentro nos resulta desconocida a día de hoy, debido a la
pérdida del archivo de la Cofradía durante el incendio acaecido en el Real
Convento de Santo Domingo, donde la Cofradía poseía su propia Capilla hasta el
decreto de desamortización del 25 de julio de 1835, en 1808.
La primera referencia escrita
sobre este acto, la encontramos en el libro del Encargo de 1826, según publica
Cayón Waldaliso su libro Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno. En él,
nos cuenta el que fuera Cronista Oficial de la Ciudad, la Cofradía de Jesús
demanda ayuda a la Cofradía hermana de Ntra. Sra. de las Angustias. Ésta
acuerda que "para la función del Encuentro se concediese a los
"hermanos" de la Cofradía de Jesús la imagen de la Soledad, la
bandera, los braceros y otros doce hermanos con las luces".
El 1 de abril de 1866 aparece en el nº 13 del
semanario madrileño "El Museo Universal" un grabado firmado
por Federico Ruiz, como dibujante, y Marcelo París, como grabador, que ilustra
un artículo anónimo, atribuido a Gustavo Adolfo Bécquer, que tras unas breves
alusiones a otras Semanas Santas, como Sevilla y Toledo, destaca la novedad de
otras procesiones que "como la del Viernes Santo en León, de la cual
ofrecemos una vista del natural en este número, son menos conocidas a pesar de
que por sus detalles y las originales escenas a que dan lugar, merecen que se
haga de ellas aunque no sea más que un ligero estudio.
Esta procesión, llamada vulgarmente El
Encuentro, sale a las diez de la mañana del Viernes Santo y recorre casi todas
las calles de la ciudad, acompañada de cofrades con hachas encendidas, cruces,
estandartes y pendones. En esta forma sigue hasta llegar a la plaza Mayor,
donde espera una multitud de gentes, entre los que se ven pintorescos grupos de
montañeses y aldeanos, que en días semejantes acuden a la capital engalanados
con sus vistosos y característicos trajes.
En uno de los balcones del piso principal de
la Casa del Consistorio, y bajo dosel, se coloca un sacerdote, el cual,
esforzando la voz de modo que pueda hacerse oír de los fieles que ocupan el
extenso ámbito de la plaza, comienza a trazar a grandes rasgos y en estilo tan
dramático como original, todas las escenas de la pasión y muerte del Redentor
del mundo.
Durante el sermón, el paso de Jesús Nazareno
con la cruz a cuestas, está al extremo de la plaza, a la derecha del
predicador, y en un momento determinado, los de San Juan y la Virgen de las
Angustias, comienzan a bajar por una de las calles próximas y en dirección
contraria.
Cuando uno y otros se encuentran comienza lo
más importante de la ceremonia. El predicador interroga a los sagrados
personajes o habla por ellos; otras veces se dirige a la multitud, explica la
escena que se representa a sus ojos, y con sentidos apóstrofes y vehementes
exclamaciones trata de conmoverla, despertando por medio de sus palabras, que
ayudan a la compresión y al efecto de las ceremonias, un recuerdo vivo del
encuentro de Jesús con su Santa Madre en la calle de la Amargura".
Así pues, nos encontramos ante en encuentro de
Ntro. Padre Jesús Nazareno y su Madre, con la intervención de San Juan, que
siguiendo los pasos del Maestro, se desvía para ir a buscar a la Virgen, que
aguardaba en la calle de la Plegaría, para consolarla y reconfortarla en esos
tristes momentos antes de hallarse frente a su Hijo en la calle de la Amargura,
mostrándole su respeto rindiéndola una reverencia. De esta forma se hizo
popular entre el pueblo de León la expresión de "Juan, busca a María que
en el puesto de los huevos está escondida". El puesto de los huevos se
encontraba situado, los días de mercado, en la ya citada calle.
En 1970 se traslada este encuentro entre San Juan
y la Virgen a su actual ubicación, con el fin de ganar mejor visión y
organización, tanto de la procesión como del acto en sí, situándose el Nazareno
en el centro de la plaza, exceptuando los años entre 1976 y 1988 en que deja de
realizarse, y debido a diferentes obras en citada Plaza (1990, 2000 y 2001).
En el año 2003 se recupera de igual modo el
Sermón del Encuentro, que a lo largo del siglo XX había modificado lugar de
disertación, como por ejemplo se recoge en los programas de Semana Santa de
1946, donde se indica que el citado Sermón se desarrollaría en la Iglesia de
Santa Marina la Real, durante el descanso de la procesión.